Juan del Pino se retira del fútbol tras 16 años en San Blas
Tras más de medio siglo en los banquillos y 16 en la EDM San Blas, Juan del Pino (Ferguson) cuelga las botas a los 75 años. Es junto a Paco Cañeque y Ricardo Fernández el entrenador más veterano de la escuela. Con un mensaje fácil y sencillo, meter un gol más que el rival, ha sabido inculcar los conceptos básicos del deporte rey en todas las categorías, desde prebenjamines hasta el equipo Aficionado.
Nos encontramos con Pino en uno de sus últimos entrenamientos con los chicos del Infantil E, un grupo que cogió en septiembre y al que ha enseñado a colocarse sobre el terreno de juego, aplicando un 4-4-2 clásico y a competir en la categoría.
“Tocamos, uno se tiene que quedar siempre atrás. Tocar a banda, tocar, tocar…”, les dice a sus pupilos mientras habla para la web de la escuela. “Me trajo Antonio Mezquita a la EDM San Blas cuando vine a vivir a Las Rosas y desde entonces he entrenado a todas la categorías del fútbol base, también a juveniles y algunos partidos al Aficionado; me he sentido muy a gusto en esta escuela, pero la edad no perdona y me retiro, ya no aguanto los duros inviernos y me cuesta tomar decisiones como dejar a los chicos en el banquillo o no convocarles por exceso de futbolistas”, argumenta el entrenador nacional, natural de la calle Goya, su barrio de niño.
“Este año con los infantiles hemos aprendido a competir con un grupo que apenas había jugado al fútbol, solo en el patio de los colegios, pero hemos quedado bien situados en la tabla y han progresado. Al final nos han metido 30 goles por arriba, por la escasa altura de los porteros y los fallos defensivos, pero así es de ingrato el fútbol”, subraya.
“Tócala atrás, date la vuelta, busca la posición, te quedas mirando”, ordena, dirige a sus chicos. Le preguntamos si se puede vivir sin fútbol. “Yo, no”, dice tajante. “Lo pasaré mal viendo el fútbol solo por TV, sobre todo al Real Madrid, pero vendré a ver a los partidos, no sé que voy a hacer, esto es una especie de droga”, asegura Pino, que cuenta con la insignia de oro y brillantes del club merengue.
Se va una leyenda del fútbol, un icono
Los alumnos del Ferguson de San Blas, apelativo que le puso José Aguilar, respetan al míster, se divierten con él a pesar de la diferencia de edad, le valoran y quieren. “Se va una leyenda del fútbol, un icono”, aseguran sus infantiles. Ha pasado por todos los cargos, director deportivo, coordinador, asesor del presidente y ahora con los cambios en la dirección deportiva para la próxima temporada el presidente le quiere a su lado, una especie de presidente de honor del San Blas. Pero Ferguson no lo tiene claro, duda y se lo pensará este verano.
Dice Juan del Pino que las categorías que más le ha gustado entrenar son las de juveniles o cadetes. “Son más competitivos, los jugadores te entienden mejor lo que les dices, casi con la mirada saben qué hacer, los más pequeños te atienden pero en diez minutos se les olvidan los mensajes”.
Con las familias ha tenido sus más y sus menos, su visión tradicional del fútbol choca a veces con los padres. “He tenido años mejores y otros peores, me toca siempre explicar porqué no sale el niño de titular o porqué no está convocado, es normal en la actualidad y antes era impensable, pero son los tiempos que corren. Me han llamado de todo por no sacar a un niño incluso amenazas, pero esto es fútbol, un deporte que levanta pasiones y por eso es el deporte rey”.
Pino habla con propiedad, imparte autoridad, al mismo tiempo siempre pendiente de sus alumnos. “No podemos hacer la guerra por nuestra cuenta, así nos aburrimos, se acaba el entrenamiento y nos vamos a la ducha”, les advierte.
La progresión de los jugadores es algo evidente, incluso los menos dotados para la práctica del fútbol han aprendido sistemas de juego, táctica y técnica. “Todo el grupo ha progresado sin duda, muchos nunca habían jugado al fútbol, solo en el patio del colegio y en los recreos. El toque, la movilidad y el apoyo constante con el compañero es lo principal, lo básico, además de la preparación física, ahora todos quieren regatear”.
Haciendo un breve repaso, bajo sus órdenes han estado jugadores importantes como Jaime, del equipo Aficionado. “Llegó a San Blas con siete años y con una camiseta de la selección con el número siete de Raúl González, enseguida no dimos cuenta que tenía madera y ahora es el jefe del primer equipo de la escuela. He visto futbolistas muy buenos como Mohamed, Miguelín, Lobato… A algunos se les va la cabeza y hay que apoyarlos”, reflexiona.
Del Pino se despide del fútbol en los banquillos, su pasión, una vida dedicada al deporte. Se cruzan varios jugadores juveniles delante de los infantiles. “Qué suerte tenéis, os ha tocado el mejor entrenador de la casa”. Nos vamos con Pino, con los petos amarillos, los balones y las botellas de agua. Era su último entrenamiento en la EDM San Blas. Gracias míster, se va una leyenda.